La obtención de energía hidráulica representa uno de los mayores avances tecnológicos que ha tenido la humanidad, consiguiendo una forma de obtener electricidad de manera eficiente, con bajo costo de mantenimiento y sin los peligros que acarrea el uso de otros tipos de energía más contaminantes.
Un país solamente necesita de un cuerpo de agua lo suficientemente grande para poder acceder a esta forma de energía, siendo así un recurso al que pueden acceder casi todos los países del mundo, constituyendo de esta forma de otorgarle energía a su población sin la necesidad de encontrarse ligado a servicios de otros países.
Además de ello, la energía hidráulica bien distribuida por una planta hidráulica permite otros usos beneficiosos para la población, como lo es la implementación de un sistema de riego más eficiente, capaz de mejorar el crecimiento de los cultivos en tiempos de sequía.
La ventaja más importante de contar con este tipo de energía es que se trata de una energía renovable, la cual se ve regida únicamente por el ciclo del agua, el cual permitirá que la cantidad de agua utilizada para el proceso de obtención de energía vuelva a su sitio de origen casi en su totalidad. Es por ello que esta energía no se ve limitada por la cantidad de recurso que exista en una zona y se convierte en una alternativa mucho más beneficiosa que otras formas de obtener energía.
Sin embargo, dependiendo de las condiciones ambientales que existan en una región, es posible obtener menor o mayor cantidad de energía. Esto se nota mucho más en aquellas zonas o territorios donde las sequías son un verdadero problema.
En estas zonas la energía producida por las centrales hidroeléctricas suele ser mucho menor a lo acostumbrado, ya que dificulta aún más el paso de las aguas hasta las turbinas.