La energía hidráulica es el tipo de energía que deriva del movimiento que tiene una cantidad de agua, también se le conoce como energía hídrica, la cual se obtiene principalmente al utilizar de manera adecuada la energía potencial y la energía cinética que poseen los saltos de agua, las corrientes y las mareas que poseen los cuerpos de agua.
Esta energía pertenece al grupo de energías renovables, es decir, aquellas energías que no pueden agotarse por más que sean usadas. Cuando este tipo de energía es explotada de manera directa (sin el uso de represas para modificar el curso que posee un caudal o río), se le toma como una forma de energía verde, aquellas no causan un impacto notable en el ambiente.
La energía hidráulica ha sido usada por muchos siglos, en los tiempos antiguos las personas de los pueblos empleaban molinos de agua que eran colocados junto a los ríos para poder aprovechar toda la energía hidráulica que era producida por estos.
En la actualidad esta forma de energía es aprovechada mediante la construcción de centrales hidroeléctricas, pudiendo convertir la energía hidráulica en energía eléctrica, capaz de ser distribuida en poblaciones enteras.
Esta forma de energía es considerada como la más rentable que existe en la actualidad, ya que a pesar de que instalar una planta hidroeléctrica puede resultar un proceso bastante costoso, el mantenimiento que requerirá la central y el proceso de explotación del agua no lo es, por lo que siempre termina siendo rentable en comparación a la gran cantidad de energía que se obtiene por medio de la central hidroeléctrica.
La energía hidráulica es una de las formas más seguras de obtener electricidad, ya que esta no emite ningún tipo de sustancia tóxica al ambiente como si lo hacen otros tipos de energía como la energía nuclear o aquella que trabaja con combustibles fósiles.