La historia del desarrollo sustentable dio lugar al período correspondiente a la Revolución Industrial, específicamente en el siglo XIX. A través de esto, fue donde se introdujeron distintos criterios que tenían como principal idea el crecimiento económico. Estos criterios económicos se pueden encontrar a través del cálculo del producto nacional bruto, que se remonta aproximadamente a la década de 1930.
A partir de la mitad del siglo XIX, se hicieron una serie de correcciones en el ámbito social, que dieron como resultado la aparición de la organización sin fines de lucro y el movimiento de sindicalismo.
Desarrollo industrial, agrícola y urbano
El desarrollo a nivel industrial, agrícola y urbano generó una serie de contaminaciones de carácter inmediato y también manifestaciones pospuestas, como por ejemplo, la lluvia ácida y los gases del efecto invernadero que contribuían en gran medida a los cambios generados en el clima. También, colaboraron con la explotación de forma excesiva de todos los recursos naturales.
Esto provocó una gran pérdida inestimable de la diversidad biológica que manifestó una relación en términos de extinción, que por lo tanto eran irreversibles.
Esta evolución provocó todo un agotamiento de productos como los combustibles fósiles y también de las materias primas que eran las encargadas de hacer el pico del petróleo, lo que nos acercó al agotamiento de recursos naturales que son vitales para la economía y el desarrollo de una sociedad.
Agricultura
En cuanto al planteamiento actual de lo que corresponde a la alimentación humana no es un aspecto catastrófico en sí mismo.
Debido al desarrollo de una moderna tecnología que promovía la producción de alimentos, las tragedias que estaban viviendo en estos ámbitos ciertas poblaciones y distintos estratos sociales no está principalmente motivada a la escasez de los recursos, sino más bien está influenciada por la falta de organización y de distribución de dichos recursos.
Puesta en regadío
El aumento progresivo de la producción agrícola se logró conseguir principalmente a través de la puesta en regadío de todos los cultivos que estaban en proceso de desarrollo, también gracias al uso de fertilizantes y a la acción de la agricultura intensiva.