Para saber cómo se forma la lluvia ácida es necesario entender de qué se trata este fenómeno. En pocas palabras, es un cambio en el pH del de las precipitaciones generalmente provocado por la contaminación del aire.
Junto al efecto invernadero y la disminución de la capa de ozono, es una de las formas de contaminación atmosférica.
¿Qué afecta la lluvia ácida?
La lluvia ácida afecta el ciclo del agua, específicamente su fase aérea.
Una vez que el agua de los ríos, mares o lagos se evapora, se combina con las partículas ácidas en el aire. De esta manera, al condensarse, las nubes se forman con esta agua ácida.
Es por esto que es un problema que afecta a amplios espacios de terreno.
Formación de la lluvia ácida
Las centrales eléctricas, automóviles y fábricas liberan óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre provenientes de la quema de combustibles fósiles. Cuando la humedad y el vapor presentes en el aire se mezclan con estos productos, se forman ácido sulfúrico y ácidos nítricos.
Las nubes con esta carga ácida se desplazan gracias al efecto del viento, recorriendo largas distancias.
Eventualmente estas sustancias químicas vuelven a la tierra en forma lluvia, rocío, granizo o nieve que puede estar contaminada.
Algunas consecuencias de la lluvia ácida
Debido al desplazamiento de las nubes, la lluvia ácida no es solo un problema de las grandes y contaminadas ciudades.
Por el contrario, los lugares lejanos, como campos aislados, también sufren los efectos de este peligroso fenómeno.
Además de las consecuencias para el pH de las aguas y el suelo, la lluvia ácida también afecta los materiales de construcción. En otras palabras, la lluvia ácida corroe los metales, daña las piedras y afecta mucho a las edificaciones.
Esto pone en riesgo la vida de muchas personas, más allá de los problemas de salud que genera.