Entre las tantas medidas que muchos gobiernos han tomado para garantizar un manejo respetuoso del ambiente, está la Evaluación del Impacto Ambiental.
Se trata de un procedimiento cuya finalidad es preventiva, especialmente cuando se trata llevar a cabo obras y actividades tendentes a afectar el medio ambiente.
¿En qué consiste la Evaluación de Impacto Ambiental?
Se basa en la recopilación de información y análisis de la misma para anticiparse a los posibles daños ambientales que se puedan generar. De esta manera se pueden realizar las correcciones necesarias y así prevenir los efectos directos o indirectos que la ejecución de una obra determinada pueda generar sobre el medio ambiente.
El fin último es propiciar el desarrollo sustentable, protegiendo al ambiente y restaurando ecosistemas. Gracias a la Evaluación de Impacto Ambiental, cualquier administración pública está en capacidad de adoptar y hacer cumplir las medidas adecuadas para la protección del medio natural.
La Evaluación de Impacto Ambiental hace énfasis en los efectos, directos o no, que cada propuesta pueda tener sobre la población humana. Pero especialmente sobre otros elementos naturales de invaluable importancia. Son ellos la flora, fauna, recursos naturales, estructura y función de los ecosistemas.
De igual manera estima los efectos sobre bienes materiales o aquellos catalogados como patrimonio cultural. Ante todo considera la mínima alteración de las relaciones sociales, la alteración del sosiego público y cualquier incidencia ambiental dañina.
Aspectos a considerar
Una Evaluación de Impacto Ambiental debe generar decisiones acertadas, transparentes y consensuadas a favor del ambiente. Por ello debe contemplar ciertos aspectos tales como:
- Combinar las tareas del gobierno con un respeto y valoración de la comunidad o sector privado.
- Complementarse con otras políticas para generar un programa consistente y financiable.
- Clarificar responsabilidades tanto del sector público, como de la participación ciudadana y del sector privado.
- Establecer responsabilidades claras.
- Ser objeto de controles y evaluaciones internas y externas en forma clara y rápida.
- Permitir la comunicación fluida y constante entre el sector público y la comunidad.