De las numerosas pinturas encontradas donde se representan muchas escenas en donde el ser humano caza, nos da a entender que ésta era la principal ocupación de aquellos grupos humanos.
Se realizaba en común: salía un grupo de doce o quince hombres que luego acorralaban la manada para así poder cazar a uno o dos animales de la misma, como ocurría en la caza del reno, o que excavaban trampas en el suelo para luego buscar a los animales que caían en ellas, cuando se trataba del mamut o del elefante, aunque también utilizaban otras técnicas.
Estos hombres, que para ese entonces no criaban animales ni cultivaban plantas, dependían todo el tiempo de lo que podían cazar o recoger de la naturaleza; tenían que desplazarse constantemente y recorrer distintos territorios en busca de más comida o presas para poder alimentar a sus familias.
En África, han estudiado los territorios donde solían vivir estos hombres más detalladamente, estos grupos cazadores-recolectores dan a entender que en ese entonces los mejores territorios para cazar eran las sabanas -grandes extensiones de altas hierbas y suelo plano con algunas pequeñas colinas- y que trataban de alejarse lo más posible de las selvas.
Técnicas de caza en la prehistoria
A partir de los restos hallados en diversos yacimientos arqueológicos y de la comparación con pueblos primitivos actuales, se han podido reconstruir distintos sistemas de caza practicados por los hombres primitivos de la prehistoria. Entre ellas están:
- A las manadas de caballos salvajes las conducían hasta el borde de un acantilado y con gritos y flechas los espantaban hasta que los caballos caían por el precipicio.
- Cuando se producían las migraciones de renos, los cazadores los esperaban en ciertos puntos del recorrido y allí los atacaban.
- Otra forma de cazar era camuflajearse entre el rebaño vestidos con pieles de animales para engañarlos.