Cuando se habla de cómo era la vida en la prehistoria no se puede obviar el tema de la vestimenta.
Sin duda, la llegada de la vestimenta a la vida de nuestros ancestros dejó claro que el ser humano tiene capacidad de adaptarse a los diversos climas y ocasiones, además de la inteligencia para hacerlo.
La vestimenta
La vestimenta no sólo salvó a la humanidad de peligros en el medio ambiente, tales como: enfermedades, insectos o plantas con espinas.
Además de protegernos de los peligros de la naturaleza, también ayudo a extender la tasa de natalidad y población de muchas zonas, que antes estaban inhabitadas.
Importancia de la vestimenta en la prehistoria
Al principio, la ropa era netamente necesaria para protegerse, luego, fue cambiando y surgió un interés en el estilo, forma, color y textura. Pasó de ser un asunto de primera necesidad a un tema de gustos, apariencia y belleza.
Por tal motivo, el hombre empieza a emplear algunas técnicas de arte de la pintura y escultura en la decoración de textiles. Desde ese momento, empezaron a ser tantos estilos que ya se podía hasta identificar la clase social o jerarquía de alguien solo con ver su ropa.
Se han encontrado restos de fibras de lino y cuero de animales, empleado en diversas piezas textiles. Para ello se valieron de técnicas de trabajo aprendidas, tales como frotar, moldear, limar, golpear, limpiar, raspar, perforar, ablandar con fuego y hasta masticar.
Entre esa variedad, estaban los abrigos para protegerse de día, mantas para el frio en las noches, algunos tipos de calzados para no lastimarse los pies, entre otros.
Sin duda alguna, esta práctica (o arte en mucho de los desfiles de moda) ha perdurado hasta nuestros días, quedando en la lista de los artículos de primera necesidad.