Cuando hablamos de contaminación del suelo, las consecuencias son numerosas. De hecho, hasta pueden ser difíciles de controlar según la naturaleza de la contaminación.
El suelo es una especie de burbuja que tiene su propio ecosistema y rechaza todo cuerpo relativamente extraño para él. Eso es bueno para nosotros en el caso de querer añadir mejoras, fertilizantes y abono para hacer el suelo más saludable. Sin embargo, no es tan bueno cuando se trata de la contaminación del suelo.
Tratar el mal desde la raíz
No está de más recalcar los productos químicos más comunes involucrados en la causa de la contaminación de los suelo. Entre ellos se encuentran los hidrocarburos, los metales pesados, plaguicidas, disolventes, etc.
Así pues, la contaminación del suelo ocurre cuando estos productos químicos se adhieren al suelo. Ya sea directamente derramado en el suelo o a través del contacto con el suelo que ya ha sido contaminado.
Por ello, a medida que el mundo se vuelve más industrializado, los efectos a largo plazo de aumentan. Es decir, se están convirtiendo en un problema mayor en todo el mundo. De hecho, se estima que un total de 150 millones de kilómetros de la tierra agrícola en China está contaminado. He allí la gran importancia de tratar el mal a tiempo.
Los problemas de contaminación del suelo
Incluso si el suelo no está siendo utilizado para la alimentación, la contaminación puede ser un problema para la salud. Especialmente si ese suelo se encuentra en parques, urbanizaciones y otros lugares donde la gente pasa el tiempo.
Las consecuencias en la salud serán diferentes dependiendo de qué tipo de contaminante está en el suelo. Esto puede variar desde problemas de desarrollo. Ya sea en los niños expuestos al plomo, hasta cáncer por algunos compuestos químicos encontrados en el fertilizante.
Algunos contaminantes del suelo aumentan el riesgo de leucemia. Incluso otros pueden conducir a daño renal, problemas hepáticos y cambios en el sistema nervioso central.
Consecuencias a largo plazo de la contaminación de los suelos
Cuando se trata del medio ambiente propiamente dicho, el paisaje de suelos contaminados es aún más terrible. El suelo que ha sido contaminada ya no debería usarse para cultivar alimentos. Esto es porque los productos químicos pueden adherirse en la comida y dañar a las personas que la comen.