El medir la contaminación atmosférica resulta de suma importancia hoy en día, debido a que dicha contaminación suele ser un tema común en las grandes ciudades. Los contaminantes atmosféricos más comunes son los que contienen o emiten: nitrógeno, CO2 (dióxido de carbono), óxido de azufre, ozono, hidrocarburos, entre otros.
Y es debido al impacto negativo que estos elementos tienen en la salud de los seres humanos, que los gobiernos de diversos países y ciudades implementan diversas normas para la regulación de la contaminación atmosférica en su territorio.
¿Cómo se mide la contaminación atmosférica?
La contaminación atmosférica se mide a través de la captación y el análisis de diversas muestras tomadas de los gases presentes en el espacio atmosférico.
De acuerdo con los datos obtenidos, se puede saber si la contaminación puede afectar la salud de las personas o sí, por el contrario, es tan escasa que no afecta la salud de los habitantes de una ciudad o país. Así, existen dos importantes métodos para medir la contaminación atmosférica:
-El sistema básico: consiste en diversos captadores localizados en estaciones de muestreo; se toman en cuenta los humos, el SO2 y el PST.
-El sistema automático: consiste en captadores automáticos que analizan la información por sí mismos; se toman, además del SO2 y el PST, el nivel de HC, CO y NO2.
Podemos decir que los métodos empleados para medir la contaminación atmosférica se basan en el análisis de fenómenos físico químicos complejos.
Específicamente, para obtener la cantidad de partículas nocivas, se suele captar una cantidad de gases en el filtro, se pesa y de acuerdo con el peso del filtro antes y después de la captura, se sabe cuál es la cantidad de elementos contaminantes.
Un óptimo resultado final de medición de la contaminación atmosférica dependerá de la calidad de la calibración de los sistemas de medición.