Erase una vez un niño muy travieso y juguetón que se llamaba Tajín que llego a una selva a vivir. Al pasar de los días los habitantes de la selva le comenzaron a agarrar miedo porque si había un hoyo de hormigas los destruía. Si había una manada de monos, los apedreaba a los arboles les arrancaba las hojas sin consideración alguna.
Entonces cada vez que sentían que Tajín se acercaba se escondían. Las hormigas en sus huecos, los monos subían a lo alto de los arboles con miedo de que los lastimaran, y los arboles temerosos no podían moverse entonces se llenaban de mucho miedo.
Por ese motivo se sentía triste, porque nadie quería ser su amigo.
Pero este sería un buen día para Tajín, pues a la vuelta de la esquina se encontró con un Señor de barba, cejas, y bigotes grandes algo mayor y le dijo:
-Hola buen joven tu acaso eres nuevo por aquí. Mis hermanos y yo vivimos cerca y necesitamos a alguien como tú que nos ayude a los que aceres de la casa, tales como preparar la comida, arreglar las cosas y de vez en cuando una que otra limpieza.
Tajín algo curioso le pregunto:
-y quienes son ustedes.
Y este sabio señor le contesto:
-“somos 7 hermanos, conocidos como los 7 truenos, nuestra tarea es subir a las nubes y provocar la lluvia. Nos ponemos nuestras capas y marchamos por los aires hasta las nubes más altas, sobre ellas zapateamos bien y bonito hasta que desgranamos la lluvia”.
Tajín como todo niño curioso y atrevido se imaginó marchando por las nubes y quedo fascinado, entonces acepto de una vez la propuesta de este sabio señor.
Así fueron pasando los días, y Tajín todo emocionado y feliz hacia los que aceres del hogar, lavaba, ponía los frijoles a ablandar, recogía agua, les limpiaba las botas a los truenos y cada vez que lo hacía, él se imaginaba estando por las nubes.
Un día a Tajín le llego por fin su oportunidad, su sueño se le había cumplido, al amanecer los 7 ancianos se vestían y se colocaban su elegante traje de blanco.
Le dijeron a Tajín que debían ir a trabajar, y uno de ellos le dijo que pronto volverían, y que mientras el fuera haciendo sus obligaciones mientras ellos trabajaban.
Al quedarse solo Tajín, fue hasta el sótano, en un rincón busco unas botas como los que usaban los ancianos, ya estaba listo para su aventura, y emprendió a subir por las montañas al principio le costó pero ya después agarro confianza y llego hasta las nubes, apenas llego empezó a jugar en las nubes y a pisarlas fuertes, pero cada vez que agitaba la capa soplaba el aire, en un momento Tajín sintió miedo.
A las pocas horas llegaron los ancianos a su casa y se sorprendieron de ver tanta lluvia y truenos, entraron y se molestaron muchísimo pues la casa estaba muy desordenada. En cambio Tajín estaba muy feliz ya que casa salto que daba, cada pisada, ocasionaba más y más truenos, hasta en la playa que muy poco llovía, creo un gran aguacero.
Al pasar las horas los 7 truenos lograron encontrar a Tajín, lo bajaron, lo ataron, lo amarraron y lo lanzaron al mar.
Desde allí este muchacho ha ido creciendo, y de vez en cuando se sube a las nubes, juega y causa grandes tormentas, y cada vez que esto sucede suben los 7 truenos y vuelven a bajar a Tajín y lo vuelven a soltar en el fondo del mar.
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