Lo primero es recolectar la uva y almacenarla en cajas para evitar que en el proceso de transporte esta se maltrate y así evitar fermentos no deseados, lo más recomendable es que se coseche por la mañana ya que cuando las temperaturas están bajas la fermentación que se produce a causa de las levaduras naturales no se altera.
Una vez hecho lo anterior, lo que se deberá hacer la fase de despalillado, que consiste en separar el raspón de la pulpa de la uva, esto debe de hacerse lo más rápido posible, ya que de no hacerlo o tardar mucho en ello implicaría que se produzcan fermentos que cambiaran el sabor del jugo.
Después de finalizar el despalillado se debe de proceder a pisar las uvas, para hacerlo hay dos métodos, uno es pisarlas con los pies y el otro método consiste en aplastarlas con una maquina de rodillos, los cuales pueden estar hechos de madera, metal acero inoxidable o de caucho, cuando estas salen de la maquina estrujadora las uvas restantes se recogen, y si es para hacer vino tinto las uvas van de vuelta a su depósito para que vuelvan a fermentarse.
Los más usados son los de caucho o acero ya que ellos no trituran las semillas y así se evita el sabor amargo del vino.
Si de vino tinto se trata la prensa debe estar no muy apretada ya que mientras más se presionan las cascaras y las semillas de las uvas mas cambiara el sabor, para el vino tinto se debe usar el jugo que resulta de una sola prensada.
Una vez obtenido el jugo el vino se embotella y se guarda en cuevas o lugares que no tengan oxigeno y las botellas se almacenan en forma horizontal.