Científicos de la universidad de Exploración Oceánica, se llevaron una gran sorpresa cuando descubrieron que una gran tiburón llevaba otro tiburón de casi un metro de largo dentro de su enorme boca.
Una anotación en la página de Facebook del laboratorio decía que el pequeño tiburón no pudo resistir al pez lacha utilizado como cebo, y que lamentablemente, fue víctima de uno de los principales depredadores en la bahía de Delaware, Estados Unidos.
La universidad etiqueta a los tiburones para obtener información valiosa sobre los niveles de población en el océano.
Ellos trataban de recuperar tiburones que habían sido etiquetados para la investigación científica.
Ahora los investigadores piden a los bañistas estar al tanto de las etiquetas y ofrecen una recompensa de $100 por cada uno de ellos.
Las etiquetas electrónicas están pegados a a base de la aleta dorsal del tiburón, pero a veces se caen.