Si hay un concepto de infinita trascendencia para poder comprender el funcionamiento de la energía cinética cabalidad, ese es el del trabajo. De hecho, no son pocos los que afirman que es el trabajo el valor por el que nos podemos regir para saber cuál es la energía cinética de un objeto en movimiento.
Podemos hablar del trabajo como ese producto obtenido de los vectores de la fuerza y el desplazamiento. Esto quiere decir que hay que determinarlo a través de una fórmula muy específica en la que hay algunos valores que deben ser propiamente identificados.

Un ejemplo de la aplicación de esta fórmula es el cálculo del trabajo que hace falta para poder movilizar un muelle que consta de 5 centímetros y con una constante de 100 N/m.
Ya que esa es la fuerza que hace falta para que el muelle pueda ser deformado, lo que hay que hacer es determinar el valor X, el cual sería la deformación una vez que el muro haya sido estirado.
Si estamos hablando de una fuerza que es capaz de mantener su constancia en el tiempo, el calor del trabajo puede ser obtenido a través de la multiplicación de un componente de dicha fuerza por el desplazamiento.
Una de las grandes razones por las que concepto como el trabajo no puede ser desprendido del de la energía cinética es que este es perfectamente capaz de modificar el resultado final, puesto que es el que hace que las fuerzas involucradas en el desplazamiento hagan todo tipo de cambios en el cálculo final.
Es allí cuando nos damos cuenta de que jamás vamos a poder dejar esta definición por fuera y que todo lo que tenga que ver con energía cinética siempre estará ligado al concepto del trabajo.