Quizá ya hayas notado que por las mañanas tu piel luce más relajada, se ve más tersa y quizá más limpia y joven. La piel rejuvenece naturalmente mientras dormimos.
Como se dijo, mientras uno duerme, los músculos se relajan y la circulación se hace ligera y mucho más fluida.
En este momento, la sangre llega con mayor eficacia y facilidad al área superior del cuerpo, el cuello y la cabeza, y ahí se reparte este líquido nutritivo extendiendo los elementos nutricionales y el oxígeno por la piel del cutis.
Así mismo, como la piel en este momento no esta expuesta al sol ni al viento o la contaminación, los compuestos que aceleran el envejecimiento celular (radicales libres) se eliminan en una mayor cantidad que durante el día.