Un ensayo no es más que un simple género literario que radica básicamente en interpretar de forma libre distintos temas, sin el requerimiento de mantener lo que se dice con ninguna documentación precisa. La redacción es más que libre y depende fundamentalmente del estilo de cada quien, no obstante, también posee unas pautas que hay que ser tomadas en cuenta.
El ensayo es un estilo de escritura muy conocida en estos días, y se debe a que no se necesita de ser un erudito para enunciar las ideas y reflexiones acerca de temas muy distintos.
Las partes de un ensayo
En líneas generales, el autor trata de dividir en párrafos cada una de sus ideas y todo se estructura en tres partes, que son: introducción, desarrollo y conclusión.
La introducción es la primera parte del ensayo y radica en una oración o párrafo que tiene que incitar al lector a quedarse a seguir leyéndolo. Si el texto es algo extenso, se debería redactar más de un párrafo.
En esta etapa del ensayo se puede empezar con una pregunta, alguna reflexión o estadísticas que representen básicamente el tema que el autor procura desarrollar. A su vez se tiene que anotar las razones por las cuales se cree que es importante saber más al respecto. Sin extenderse demasiado, estaría muy bueno si se exhibiera de una vez el punto de vista que se posee, de este modo es como el lector sabrá la postura que habrá durante todo el texto, más bien, ensayo.
El desarrollo en este periodo se expresan las ideas que se expusieron a gran modo en la introducción. Se aconseja separar las ideas por párrafos.
Y en la conclusión se comprende una comprobación de la idea expuesta. Hay que decir que es una idea más profunda que la introducción, ya que supone reflexiones durante el proceso.