La razón por la que estos mamíferos carnívoros de la familia de los félidos pasan hasta 14 horas al día durmiendo –algunos incluso hasta 20- es porque sólo de esta manera conservan su energía, especialmente conforme envejecen.
Otra de las causas por las cuales los gatos duermen tanto es debido a su naturaleza nocturna, entran en un periodo de hiperactividad durante la noche, una fase conocida por los biólogos como “demencia de media hora”.
Cabe destacar que, al igual que los seres humanos, con la edad los gatos experimentan un declive gradual en el funcionamiento de sus órganos.
Estos cambios relacionados con la edad son, entre otros, una desaceleración natural de la tasa metabólica en reposo del gato, lo que deriva en la disminución del tejido corporal magro (músculo) y el aumento de la grasa del cuerpo, que a su vez eleva la incidencia de la obesidad.
La disminución de su metabolismo propicia que prolonguen su tiempo de sueño hasta por 18 horas al día.