La carta de presentación

La carta de presentación es aquella que acompaña al currículum que envía el aspirante a un anuncio de empleo concreto o a una empresa ofreciendo los servicios de manera espontánea.

Su función es presentar e introducir brevemente la candidatura del aspirante. Su objetivo es destacar los datos específicos del currículum, mostrando por qué vale la pena leerlo con toda la atención que se merece. El currículum sigue a la carta de presentación, y luego de este a la entrevista de trabajo.

Hay dos cartas de presentación

Existen dos tipos de cartas de presentación: de respuesta a un anuncio de empleo concreto y de autocandidatura.

Carta de respuesta a un anuncio de empleo concreto; esta acompaña a un currículum que se envía para dar respuesta a un anuncio de empleo concreto. Debe aludir necesariamente al anuncio en cuestión, señalando su referencia. Destaca por qué es interesante la candidatura.

La carta de autocandidatura es súper interesante

Acompaña a un currículum que se envía a una empresa de manera espontánea, para que tenga en cuenta en futuras selecciones al aspirante. Debe constar qué ha motivado al aspirante dirigirse a ella y qué puede aportar.

Si es interesante, las empresas suelen archivarlas y tenerlas en cuenta en posteriores procesos de selección. Este tipo de carta debe cumplir los mismos requisitos generales de presentación y redacción que la carta de respuesta a un anuncio concreto.

Qué presentación tan mala si está mal estructurada

La redacción de la carta de presentación sigue los mismos consejos que la redacción del currículum vitae. Se insiste en que la carta de presentación sea:

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Breve: no se trata de escribir otro currículum. La carta de presentación debe ocupar una página y no más. Unos cuatro párrafos breves y monotemáticos es lo ideal. El responsable de selección apreciará la capacidad de síntesis.

Formal. No se debe tutear al destinatario. Se deben evitar los: «tú», «tu empresa». Utilizar un tono respetuoso y cordial, pero evitar servilismos: no suplicar.


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